The New York Times, The Boston Globe y Condé Nast Traveller lo atestiguan
Publicaciones internacionales resaltan las características de Casa Bonita en Barahona.
SANTO DOMINGO.-Casa Bonita Tropical Lodge ha formado parte de las reseñas en que The New York Times, The Boston Globe y Condé Nast Traveller atestiguan que la provincia de Barahona ha repuntado a nivel internacional como el destino a visitar en la zona Sur de la República Dominicana.
En publicaciones recientes de estas reconocidas publicaciones,Barahona y Casa Bonita toman protagonismo al resaltar la características únicas y la biodiversidad endémica, que brinda la oportunidad de vivir una experiencia diferente y novedosa para los turistas en el país.
The New York Times al seleccionar a la provincia de Barahona dentro de los 52 lugares del mundo que piensa visitar este año, asegura que el visitante puede experimentar la quietud que ofrece este reconocido hotel boutique que con sus instalaciones totalmente renovadas en una visita obligada.
¨Casa Bonita es reconocida como la puerta a las riquezas de la región, caracterizada por las plantas de cactus, las bellezas de Bahía de Las Águilas y las ocho zonas climáticas de Hoyo de Pelempito¨, afirma The Times.

Afirma el reportaje que esta propiedad, miembro de los Small Luxury Hotels of the World, cuenta con una piscina con magníficas vistas de las montañas y el Caribe, paseos a caballo en los senderos tranquilos, o disfrutar de una de las muchas ofrendas en el Tanama Eco Spa, situado en el bosque y utilizando elementos indígenas como el café, el cacao y la piña en sus tratamientos, como baños de vapor , envolturas corporales, tratamientos faciales y masajes terapéuticos sobre las tablas que figuran en el río.
Otro aspecto destacado es la oferta gastronómica y cocina de primera clase, que se sirve en un restaurante al aire libre que cuenta con pescado de la zona, productos de la huerta orgánica y el queso hecho localmente, mermelada y pan artesanal. El hotel organiza transporte a las playas cercanas y excursiones ecológicas del Parque Nacional Jaragua.

“La hora del atardecer era mágica sobre el área de la piscina, con palmeras creciendo desde su interior. La luz, la música, la paz que se respiraba, la montaña a nuestras espaldas, la reducida y exclusiva clientela. Todo era perfecto”, afirma Rosa Marqués.
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