Por Alexis Almonte y Siddy Roque
PHILLISBURG.- El alba despuntó con la proa del Costa Favolosa cortando las entonces tranquilas aguas del Mar Caribe y enfilando hacia esta capital de la parte holandesa de Saint Maarten.
En su onomástico número 15, nuestra hija Austrid prefirió el crucero a la fiesta con que tradicionalmente se celebra tan significado evento. Atinada decisión, porque nada pudo ser más placentero que nuestra experiencia en el Costa Favolosa.
Oteamos a lo lejos la silueta de una ciudad apacible y somnolienta, bañada por los primeros rayos del sol, desde la altura de nuestro camarote en el octavo piso de la gigantesca nave. A media mañana iniciará la estadía de diez horas en la isla.
Es el segundo punto del itinerario. Ya habíamos tocado la isla Catalina, en La Romana, después enfilaremos hacia Saint John´s, Fort-de-France y Pointe-a-Pitre, Guadalupe, respectivas capitales de Antigua y Barbuda, Martinica y Guadalupe.
A las nueve anclamos en la John Craane Cruice Terminal, terminal de cruceros del Dr. Whathey A. C. Cruice& Cargo Facilities, el noveno entre los principales puertos del Caribe, motor económico de la ciudad y la isla Caribe y destino de más de millón y medio de turistas al año.
Descendemos a una estadía de diez horas, que debemos aprovechar al máximo. Nuestros objetivos son de los más socorridos entre los viajeros: Maho Beach, en las afueras de la ciudad.
Encontramos en la antesala de Phillisburg un ambiente agradablemente acogedor. Primero buscamos orientación en la oficina de información turística situada en el Harbour Point Village, centro comercial libre de impuesto. Más adelante, el punto para servicio y lanzaderas o Water Taxis, con amplio parqueo lleno de taxis con sus conductores ofertando y negociando sus servicios con los que vamos saliendo.
Varios carteles informan sobre sus ofertas. Diez dólares por persona, pero con rebajas por cada tres viajeros. Pagaríamos los tres 30 dólares, pero nos acercamos a otros turistas alemanes juntamos un grupo de seis para pagar de ocho dólares por cabeza.
Nos trasladamos hacia la que ha sido ranqueada como séptima entre las 17 playas más sensacionales del mundo: Maho Beach. Su agua es, a lo lejos, de un intenso color azul, pero la atención de la enorme multitud que la ocupa no está esencialmente en el disfrute de su transparencia y cálida agua, sino en el espectáculo del arribo y despegue de los aviones desde y hacia la pista del Aeropuerto internacional Princesa Juliana.
La cercanía de la pista de la terminal, a unos cuantos metros de la playa, separada por una valla ciclónica a la vera de la carretera permitirá disfrutar de una de las experiencias más sensacionales que uno pueda imaginarse.
Con celulares, cámaras fotográficas y de videos, la multitud se excita a la llegada de las gigantescas aeronaves que se abrirán pasos literalmente por encima de sus cabezas. También de su despegue desde las pistas del Princesa Juliana, con el vendaval infernal de la expansión de sus turbinas, que levantará como indefensas hojas en el verano todo cuanto está a su vera.
Casi dos horas nos tomó lograr las fotos y videos más impactantes, pero lo ¡logramos!. Para cristalizar con imàgenes el sueño de nuestra hija quinceañera solo nos bastó paciencia.
RECONMENDACIONES A LOS CRUCERISTAS:
- En los socorridos itinerarios que incluyen a St. Maarten es importante saber que el casco urbano de Phillisburg está a unos cuantos metros de la terminal de crucero. Llegando hasta aquí puede abaratarse notablemente el costo del transporte hacia cualquier punto del territorio. Por ejemplo, los 24 dólares que pagamos para trasladarnos a Maho Beach se redujeron al retorno en seis dólares en un cómodo y acogedor bus que transita desde el centro de la capital de la isla.
- Maho Beach y Marigot, capital de la parte francesa, al otro extremo de la isla, donde se llega en taxi en menos de una hora, son los principales atractivos de Saint Maarten, pero también los distintos puntos de vistas turísticos, donde podemos comprar atractivas mercancías.
- Al igual que otros destinos, es oportuno indagar sobre sus atractivos, los lugares más interesantes y tras interioridades. Antes de atracar, uno recibe el diario del capitán con informaciones relacionadas con cada país, pero –aunque interesantes- estas son muy elementales. Es bueno llegar con una idea de cada destino y auxiliarse de las orientaciones de las oficinas de Turismo que siempre encontraremos en cada terminal.
0 Comentarios